Cuando no podemos hacer frente a las deudas, llega un momento en el que necesitamos romper el bucle que nos ahoga y comunicar a la Administración que no podemos solventar los pagos como deberíamos.
Una de las opciones de desahogo en esta situación es declararse insolvente, pero ¿cómo y cuándo hacerlo?
En Más Valor queremos dar Más tranquilidad a tu Vida tranquila, así que ¡sigue leyendo y te contamos si puedes o no declararte insolvente y qué sucede cuando lo consigues?
¡Arrancamos!
¿Qué implica ser insolvente en España?
Sin tecnicismos ni entrar en un lenguaje jurídico puro y duro, serás insolvente si puedes demostrar frente a la administración que no puedes hacerte cargo de tus deudas básicas y regulares.
Hablando en plata: por circunstancias, tus ingresos son inferiores a tus gastos y tu capacidad de endeudamiento está al límite.
Así lo recoge el artículo 2 de la Ley 22/2003 sobre Derecho Concursal.
Además, ser insolvente es uno de los requisitos que deberías cumplir para acogerte a la Ley de Segunda Oportunidad, que permite cancelar tus deudas.
Una vez dicho esto, es importante que tengas en cuenta los tipos de insolvencia en los que podrías incluirte:
- Insolvencia actual: como su propio nombre dice, es aquella que indica que no podemos pagar nuestras deudas en el momento presente.
- Insolvencia inminente: en este caso, estaríamos dentro de este tipo de insolvencia si preveemos que no podemos hacer frente a nuestros pagos futuros.
¿Tengo que cumplir unos requisitos concretos para declararme insolvente?
Esta es una buena pregunta y, pese a que para hacer cualquier tipo de trámite administrativo es necesario cumplir unos requisitos básicos; lo cierto es que para poder declarase insolvente NO es necesario acogerse a unos requisitos en concreto.
Lo único que hay que hacer es demostrar que tu situación de insolvencia es real y no ficticia o una simple estrategia empresarial.
De ser declarados insolventes por parte de la Administración, podremos acogernos a la opción de renegociación o cancelación de deudas, tal y como establece la Ley de Segunda Oportunidad.
Esto es así porque la Ley entiende que no nos queda más remedio que llegar a esto para poder salir adelante sin deudas pendientes.
¿Qué personas pueden declararse insolventes?
En nuestro país, pueden declararse insolventes tanto las personas físicas como las jurídicas o, lo que es lo mismo, particulares, autónomos, empresarios y empresas.
Eso sí, ten en cuenta que, salvo las últimas, todos podrían acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad; mientras que las empresas tendrían que declarar un concurso de acreedores.
Para demostrar que estás en una situación real de insolvencia, aportarás documentación sobre tu patrimonio, ingresos, gastos y deudas.
A partir de ahí tendrás que demostrar que:
- No has podido hacer frente al pago de más de dos deudas, de dos o más acreedores, en 90 días.
- Tus deudas suponen el 10% del pasivo total.
- Esas deudas surgen únicamente del desarrollo de tu actividad profesional.
- Tu deuda no supera los 5 millones de euros.
- No tienes una sentencia en tu contra el año anterior a la solicitud con Hacienda, la Seguridad Social, Patrimonio, ni tampoco has incurrido en delitos de falsedad documental.
Sigue este paso a paso para declararte insolvente
Si, después de ver los requisitos anteriores has hecho tu check personal y cumples con cada uno de esos puntos, es el momento de iniciar tu proceso de solicitud de insolvencia.
Lo primero que debes hacer es acudir al Juzgado de lo Mercantil para presentar tu solicitud y la documentación pertinente que demuestra que, efectivamente, eres insolvente.
Hecho esto, el juez valorará si cumples o no con los requisitos para hacer la declaración a tu favor.
A partir de ahí se bifurcan dos caminos:
1. – Que el juez deniegue tu declaración de insolvencia, por lo que el procedimiento termina en ese momento o se abriría un proceso concursal.
2.- Que el juez acepte tu solicitud, por lo que abrirá el proceso para declararte insolvente.
3.- Si partimos de la base de que el juez te declara insolvente, automáticamente se paralizará el pago de los intereses y de las reclamaciones de deuda que han realizado tus acreedores.
Pese a lo que todo el mundo piensa, el procedimiento es muy sencillo, aunque lo es más si tienes a tu lado a un despacho de abogados que te acompañen todo el tiempo.
No tendrás quebraderos de cabeza y personas especialistas en la materia trabajarán por ti.
Iniciar el proceso de declaración de insolvencia tiene consecuencias
En Más Valor Abogados nos gusta dejarte las cosas claras y, además de contarte en este post que declararte insolvente puede ser una solución a tu estrés actual; somos de los que preferimos contar a nuestros clientes la realidad de cada situación.
Por eso, queremos mencionar aquí algunas de las consecuencias que te traerá iniciar el proceso de solicitud de insolvencia:
- La Administración realizará un análisis total sobre tu situación económica para determinar que realmente eres insolvente.
- Durante el proceso, se bloqueará el acceso a tu sistema financiero, lo que afectará a los servicios de financiación de las entidades bancarias con las que estés trabajando.
- Si no consigues llegar a un acuerdo con los acreedores, tu patrimonio podría estar en riesgo.
- No creas que, por ser insolvente, tus deudas desaparecerán como por arte de magia. Lo que sucederá es que se paralizarán los pagos durante un tiempo determinado porque, obviamente, en el momento actual no puedes hacer frente a ellos.
Si estás en una situación más que límite, lo mejor es que recurras a la Ley de Segunda Oportunidad para cancelar o reducir las deudas que tengas.
De estar en este momento, estaremos encantados de echarte una mano para darle Más Valor a tu vida.
Solo tienes que contactar con nosotros y reservar una primera consulta gratuita. Nos pondremos en marcha para que tengas una nueva vida sin deudas.